La descubrí en el 2001, en Buenos Aires de la mano de por entonces mi socia Noemí, que era fanática de la marca, y de ahi en más tuve un romance que no puedo dejar! Claro que por ese entonces era bastante mas accesible poder tener casi toda la colección, jaja !
Les dejo un fragmento de una nota que les realizaron a Sol Acuña y Josefina Helguera, sus creadoras, en mayo del 2013 con motivo del Premio Emprendedor del Año.
“Incrédulas y con sorpresa”, según confiesan, Sol Acuña y Josefina Helguera recibieron el prestigioso Premio Emprendedor del Año 2013, que entrega Ernst & Young. Sin embargo, las fundadoras Rapsodia, no son ningunas improvisadas y encarnan a la perfección los valores y el carácter propios de los emprendedores: confianza, entrega, perseverancia, creatividad, visión, realismo, optimismo, liderazgo y trabajo en equipo, entre muchos otros.
Catorce años después del lanzamiento de la marca, que se transformó en un estilo propio para el público femenino de la región, Acuña y Helguera, amigas desde la infancia, revelan en una entrevista con Management cómo lograron identificar, en base a sus necesidades personales, un espacio sin cubrir en el mercado de la moda, los pasos que tuvieron que dar para llegar a la marca propia y los secretos de su éxito, que en los últimos años traspasó las fronteras.
Rapsodia nació en 1999 y, desde entonces, la Argentina ha cambiado mucho. Desde la primera tienda en La Cañitas hasta la consolidación regional: ¿Qué cambió y qué sigue igual en ustedes como emprendedoras después de todo ese tiempo?Josefina Helguera (J.H.): Pasó que nosotras crecimos, desde lo personal y lo profesional, y, a la par lo hizo Rapsodia. Fue un camino increíble, luminoso y repleto de colores, tal como es la marca. Arrancamos solas y el camino se fue abriendo en forma muy estructurada, soñando y volando muy alto, pero en una realizad que arrancó desde "contigo pan y cebolla".
Sol Acuña (S.A.): Cuando empezamos, en un momento tuvimos que reclutar gente y no sabíamos cómo hacer ¡teníamos miedo de hasta revelar nuestra ideas y secretos! Pensábamos que íbamos a hacerlo todo solas, pero de repente se formó el departamento de Recursos Humanos, que fue un puntapié excelente, porque no sabíamos que teníamos que preguntar. Y todo se fue dando muy rápido, se fue profesionalizando de una forma impensada. Y entonces empezamos a crecer.
¿Ese vértigo no las asustó?S.A.: Fue un cambio. Pasamos de hacer todo nosotras a que llegue gente profesional, con ideas, con las cuales compartir y crear. No nos asustó, pero fueron dolores de crecimiento, de adaptación, aunque siempre positivos al final.
J.H.: Lo más importante fue que pudimos forjar muy fuerte la personalidad de la marca desde el mismo origen. En los primeros años ya teníamos una identidad y, entonces, toda la gente que se iba sumando al proyecto sabía qué tenía que hacer, comprendía cuál era nuestra esencia.
Esa personalidad es la que escribieron en aquel ‘libro violeta’, su primer business plan ¿Cambió en estos catorce años?J.H.: Es impresionante, no cambió nada. El libro violeta consta de diez páginas en el que estaba todo: nuestra clienta target, posicionamiento y hasta nuestra primer local en un barrio como Las Cañitas, que no era shopping e iba a ser como nuestra casa, con desniveles, chimenea, en donde uno se iba a poder sentir bien a gusto.
¿Cómo hicieron para contagiar ese espíritu tan ‘familiar’ a una empresa de indumentaria?J.H.: Primero teníamos que creernos nosotros nuestro proyecto. Entonces, para bajar nuestro plan a tierra teníamos que saber y pensar cuál era nuestro sueño, a dónde queríamos llegar. Es como que te digan: “Soñá lo mejor que te pueda pasar en tu vida”. Eso fue lo que hicimos.
S.A.: En definitiva, nos preguntamos qué ropa querés hacer, cómo la querés vender y qué le querés dar a Azucena, nuestro cliente target imaginario. Y entonces escribimos que queríamos que Azucena compre en un lugar que fuera como su casa, que tenga su probador grande, que se vea en un espejo divino, que la chica de ventas sea una amorosa, que la deje mirar todos los percheros, y que si necesita asistencia esté a su servicio; si necesita estar sola que esté sola. -
Catorce años después del lanzamiento de la marca, que se transformó en un estilo propio para el público femenino de la región, Acuña y Helguera, amigas desde la infancia, revelan en una entrevista con Management cómo lograron identificar, en base a sus necesidades personales, un espacio sin cubrir en el mercado de la moda, los pasos que tuvieron que dar para llegar a la marca propia y los secretos de su éxito, que en los últimos años traspasó las fronteras.
Rapsodia nació en 1999 y, desde entonces, la Argentina ha cambiado mucho. Desde la primera tienda en La Cañitas hasta la consolidación regional: ¿Qué cambió y qué sigue igual en ustedes como emprendedoras después de todo ese tiempo?Josefina Helguera (J.H.): Pasó que nosotras crecimos, desde lo personal y lo profesional, y, a la par lo hizo Rapsodia. Fue un camino increíble, luminoso y repleto de colores, tal como es la marca. Arrancamos solas y el camino se fue abriendo en forma muy estructurada, soñando y volando muy alto, pero en una realizad que arrancó desde "contigo pan y cebolla".
Sol Acuña (S.A.): Cuando empezamos, en un momento tuvimos que reclutar gente y no sabíamos cómo hacer ¡teníamos miedo de hasta revelar nuestra ideas y secretos! Pensábamos que íbamos a hacerlo todo solas, pero de repente se formó el departamento de Recursos Humanos, que fue un puntapié excelente, porque no sabíamos que teníamos que preguntar. Y todo se fue dando muy rápido, se fue profesionalizando de una forma impensada. Y entonces empezamos a crecer.
¿Ese vértigo no las asustó?S.A.: Fue un cambio. Pasamos de hacer todo nosotras a que llegue gente profesional, con ideas, con las cuales compartir y crear. No nos asustó, pero fueron dolores de crecimiento, de adaptación, aunque siempre positivos al final.
J.H.: Lo más importante fue que pudimos forjar muy fuerte la personalidad de la marca desde el mismo origen. En los primeros años ya teníamos una identidad y, entonces, toda la gente que se iba sumando al proyecto sabía qué tenía que hacer, comprendía cuál era nuestra esencia.
Esa personalidad es la que escribieron en aquel ‘libro violeta’, su primer business plan ¿Cambió en estos catorce años?J.H.: Es impresionante, no cambió nada. El libro violeta consta de diez páginas en el que estaba todo: nuestra clienta target, posicionamiento y hasta nuestra primer local en un barrio como Las Cañitas, que no era shopping e iba a ser como nuestra casa, con desniveles, chimenea, en donde uno se iba a poder sentir bien a gusto.
¿Cómo hicieron para contagiar ese espíritu tan ‘familiar’ a una empresa de indumentaria?J.H.: Primero teníamos que creernos nosotros nuestro proyecto. Entonces, para bajar nuestro plan a tierra teníamos que saber y pensar cuál era nuestro sueño, a dónde queríamos llegar. Es como que te digan: “Soñá lo mejor que te pueda pasar en tu vida”. Eso fue lo que hicimos.
S.A.: En definitiva, nos preguntamos qué ropa querés hacer, cómo la querés vender y qué le querés dar a Azucena, nuestro cliente target imaginario. Y entonces escribimos que queríamos que Azucena compre en un lugar que fuera como su casa, que tenga su probador grande, que se vea en un espejo divino, que la chica de ventas sea una amorosa, que la deje mirar todos los percheros, y que si necesita asistencia esté a su servicio; si necesita estar sola que esté sola. -
El consejo entonces es atreverse a soñar: ¿el sueño de donde surge: de una intención personal o de una necesidad del consumidor? J.H.: nuestro sueño surgió en una época en donde la ropa era blanca o negra, aburridísima, todo era como minimalista y no teníamos dónde comprar nosotras mismas la ropa. Nosotras mismas queríamos algo que nos diera alegría, que diera vida, algo divertido, diferente. S.A.: era una necesidad personal. Nosotros no teníamos donde conseguir la ropa que queríamos. Cuando viajábamos, íbamos a los mercados y allí la inspiración era la música, los Rolling Stones o los Beatles en otra época, que viajaban a la India, experimentaban, y bajaban de los aviones con sus chaquetas, y que eso inspiraba a la moda.
Para leer la nota completa:
http://www.apertura.com/negocios/La-historia-de-Rapsodia-la-marca-de-ropa-fundada-por-Sol-Acua-y-Josefina-Helguera-20130521-0007.html
No se pierdan el video de la CAMPAÑA PRIMAVERA VERANO 2014-2015
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